Tienes los ingredientes preparados y tu batidora de vaso lista. Pero cuando llega el momento de tomarlo, la cosa cambia. Tu smoothie tiene un montón de ingredientes saludables, aroma y color apetitosos, pero…¡vaya! Tienes que reconocer que no te ha gustado.
¿Por qué una bebida tan sana nos causa esta extraña sensación?
A continuación enumeramos 10 razones por las que tu Smoothie NO está bueno, muchas de ellas comunes en principiantes. ¡No te desanimes! El Smoothie perfecto te espera.
1.– Exceso de agua. Los smoothies y batidos siempre llevan una proporción de agua o líquido, pero llenar la jarra de la batidora de vaso con demasiada agua da como resultado bebidas de colores y sabores desvaídos que no incentivan nuestra papilas. Lo ideal es añadir al batido un poquito de agua e ir incorporándola poco a poco durante la elaboración para no pasarse. Ten en cuenta la cantidad de hielo.
2.– Sabor a hierba. Mide bien la cantidad de verdura de hoja verde. Ten en cuenta que no es lo mismo ingerirla cocinada que cruda. Por ejemplo, hace falta un volumen grande de espinacas para hacer un puré, pues con el calor se reducen a casi la cuarta parte, pero un exceso de espinacas en un batido provoca gusto amargo y poco apetitoso.
3.– Áspero al paladar. Un smoothie debe tener una textura suave y agradable. Si tienes una sensación áspera en la boca cuando lo bebes, es posible que hayas olvidado incorporar una base grasa. Esto se consigue incorporando semillas o frutos que aportan aceites vegetales.
4.– Sabor repelente. Si no estás acostumbrado a nuevos sabores asociarás frutas a gusto dulce y verduras a salado; ciertas combinaciones te pueden resultar un tanto repelentes. Ten en cuenta que una fruta dulce, como puede ser el plátano, en teoría no combina bien con una fruta ácida, como puede ser la piña. Pero ya sabes, para gustos…
5.– Errores de aderezo. Un smoothie demasiado dulce es aborrecible a la larga. Recuerda que, si utilizas frutas muy maduras aportarán más azúcares, por lo que tendrás que compensarlo. Utiliza y experimenta diferentes especias y busca el punto de sal que te agrada. A veces se trata simplemente de una cuestión de aliño.
6.– Temperatura. Por lo general el smoothie se bate con hielo picado. La temperatura puede cambiar radicalmente la experiencia de degustación. Un smoothie que te encanta muy frío te puede causar desagrado si solamente está templado. Considera utilizar frutas previamente congeladas o semicongeladas, lo cual aportará frescura sin necesidad de añadir demasiado hielo.
7.– Mal uso de la batidora. Si te han quedado trozos desiguales de ingredientes puede ser desagradable beber el smoothie. Consulta las instrucciones de tu batidora de vaso para sacarle el máximo partido a sus prestaciones.
8.– Aburrimiento. Si utilizas siempre los mismos ingredientes hacer un smoothie será tedioso. Introduce alimentos que no comerías en otras ocasiones. Por ejemplo, es posible que no te guste el apio, pero quizás un poquito cambie el sabor de tu batido de una forma inesperada y agradable. Interésate por las frutas y verduras de temporada, si son orgánicas mejor, y aprovecha sus cualidades.
9.–Falta de método. Parece fácil, pero hacer un smoothie requiere método y criterio. No se trata de meter en la batidora de vaso ingredientes sin orden ni concierto.
10.– Bebiendo a toda velocidad. Un error común al elaborar nuestros primeros batidos es que no calculamos bien las cantidades y terminamos metiéndonos entre pecho y espalda dos grandes vasos a toda velocidad. Las consecuencias pueden ir desde malestar inicial o pesadez a falta de ganas de repetir la experiencia. Recuerda que un smoothie es una bomba nutritiva que has elaborado con esmero. Disfrútalo despacio, con calma, y en la medida justa para ti.