Cómo hacer leche de almendras orgánicas

Aunque no seas intolerante a la leche de vaca, te animamos a probarla. Se trata de una leche vegetal cargada de vitaminas y nutrientes y, además, sumamente versátil ya que admite mezclas tanto dulces como saladas.

Múltiples usos de la leche de almendras

La leche de almendras orgánicas crudas es, para muchos, un exquisito manjar que combina especialmente bien con los cereales del desayuno. Pero es que también se puede utilizar en sopas, bechameles, salsas, currys, smoothies o repostería.

Si podéis encontrarlas, mejor que sean de agricultura ecológica, ya que siempre obtendréis semillas más frescas y de calidad. Aunque no siempre es posible, lo ideal sería utilizar almendras con cáscara. Se conservan bien en un recipiente cerrado en un lugar fresco.

Ingredientes para preparar leche de almendras orgánicas:

1 taza de almendras orgánicas previamente remojadas.
3 tazas de agua filtrada o previamente hervida, a temperatura ambiente.

Cómo hacer leche de almendras orgánicas

  1. Incorpora en la batidora de vaso las almendras y el agua. Tritura incrementando la velocidad durante un mínimo de 2 minutos.
  2. Si prefieres una textura más bien rústica puedes utilizarla tal cual. Puedes filtrarla con un paño fino de algodón o, para conseguir un resultado más profesional, utiliza una bolsa de leche vegetal para filtrado.
  3. Es necesario filtrar la leche poco a poco apretando la tela hasta obtener la totalidad de líquido.La pulpa de almendra que se ha ido retirando contiene propiedades muy nutritivas. Se puede deshidratar y utilizar como harina para cocinar.

La leche de almendras orgánicas se mantendrá fresca durante dos ó tres días dentro de una botella de cristal en el frigorífico.

Cómo remojar las almendras
Echa las almendras en un bol amplio con el doble del volumen de agua y 1 cucharadita de sal marina. Dejar reposar tapado con un paño como mínimo unas 12 horas. Una vez pasado el tiempo, desecha todo el líquido y enjuaga las almendras varias veces. 

Cómo pelar las almendras
Lo más probable es que tus almendras conserven la piel. Para retirarla, pon un poco de agua a hervir; cuando llegue a ebullición vierte las almendras, apaga el fuego y escáldalas un par de minutos. Después frótalas entre tus dedos y la piel saldrá entera.